El Guardián de la Viña

El brillo de la vida. El lado bueno de la vida. La luz de València. Todos son ingredientes del nuevo lema del Patronat de Turisme de València: «Try València. The bright side of life». Contar la singularidad y lo que nos hace únicos se ha convertido en la manera más inteligente de competir en materia turística. ¿Qué tiene València que no tengan otros? Pues una luz que enamora, apasiona, conquista y seduce.

El enoturismo es, sin duda, un nuevo frente en lo que al turismo de calidad en la Comunidad Valenciana se refiere. Es un sector en claro auge, a la misma velocidad que gana adeptos el sector del vino en la Comunidad Valenciana. Tenemos todos los ingredientes para ser referencia.

Cada vez que nos planteamos hacer un reportaje que supone una selección procuramos comenzarlo advirtiendo que no están todos los que son, que cada cual tendrá su propio criterio, y otras frases similares que intentan persuadir de que esa selección, hecha por cualquier otro, probablemente tuviera otra alineación, si de un partido de fútbol se tratase.

Cerraremos en pocos días un año más. Ya no le quedan hojas al calendario, directamente ocupará su lugar uno nuevo, al que pasarán los apuntes de enero. Eso para los que aún, nostálgicos de nosotros, preferimos aquello de más vale lápiz corto que memoria larga (aunque sea tecnológica esta última). Es por eso que hemos querido hacer un ejercicio de parar el tiempo, de echar la vista atrás y ver qué nos encontramos en este apasionante viaje por el mundo del vino.

Hoy se ha conocido la noticia, la DOP Cava ha conseguido que no se autoricen más hectáreas este año para la producción de este producto. Soñaba Requena con que sus 3.100 hectáreas pasaran a ser 4.000. Eso no va a ocurrir por ahora. Las alarmas han saltado en los sindicatos agrarios. «La guerra del cava ha vuelto» señalan muchos de ellos. ¿Pero realmente esto es así? ¿Realmente el cava valenciano necesita hoy más hectáreas?. Si me lo preguntan, mi opinión es no.