Reportajes

Formar a los profesionales es el mejor camino para inculcar la cultura del vino. He escuchado esta frase a modo de sentencia en innumerables ocasiones. Todo el buen trabajo de una bodega, un viticultor o un enólogo, puede irse por el desagüe si el profesional que lo sirve en un restaurante, por ejemplo, no está formado. Mark O’Neill y Voravins lo hacen desde la titulación WSET.

Ineludibles y puntuales como el verano regresan las terrazas de Madrid, refrescante refugio para combatir las altas temperaturas que azotan a la meseta. La moda apunta a espacios situados en las azoteas de la Villa y a rincones escondidos, ambos con apetitosas propuestas gourmet, actividades culturales y de ocio, y ambientes cool y distendidos.

El viaje de hoy ha sido algo más largo de lo normal, en extensión cuanto menos. También tiene de diferente su altísima carga literaria. Desde la poesía de Alberti y su Puerto de Santa María y Bahía de Cádiz, a la pluma de Cervantes en su querida La Mancha, esta vez con parada en la Venta del Comendador de Valdepeñas. Gastronomía y enormes vinos en tierra de dos de nuestros más grandes literatos.

Hay acontecimientos que uno no debe perderse y el smart for fun running day ha sido uno de ellos.
Estábamos en Calles, en las Bodegas Vegamar. Se preparaba la prueba de siete kilómetros que nos llevaría a entrar y conocer las arterias de un cuerpo donde nace y se produce el vino. Me van a permitir no hablar de personas pero sí de almas.

A unos 65 kilómetros de la ciudad de Madrid se encuentra la finca El Socorro, uno de los mejores centros de experimentación vitivinícola de Europa. Junto con la finca El Encín, centro de investigación agroalimentaria y agroambiental de la Comunidad de Madrid, lleva a cabo las investigaciones más punteras relacionadas con el mundo de la vid.

Rocambolesc es magia. Es un viaje dulce a la infancia; un reencuentro con Willy Wonka y su fábrica de chocolate. Pura alquimia capaz de convertir sorbetes, toppings, masas de helado y cucuruchos en toda una joya. Rocambolesc es la versión helada de algunos de los postres más conocidos de Jordi Roca; la ventana dulce de El Celler de Can Roca, una manera de acercar su magia culinaria al gran público.

‘Vinomaniac’ es un personaje ficticio obsesionado positivamente con el vino. Es también el nombre de la gama de vinos artesanales de la empresa valenciana The Spanish Wine Collection, en la que nuestro personaje es el protagonista indiscutible de sus etiquetas. Y es también la sana ‘obsesión’ de la fundadora de la empresa, Eva Pardines, que trabaja por sacar al mercado vinos con personalidad, con una buena relación calidad-precio, de diseño atractivo y que gusten a cualquiera, «sean entendidos o no».

Que la Comunidad Valenciana es una autonomía eminentemente turística es una realidad. Que el turismo genera el 13% del PIB, y es fuente importante de ingresos y empleo, otra. Para intentar que los servicios turísticos que se ofertan sean de la mayor calidad posible, y para posibilitar la formación de miles de personas en el sector y su inserción en el mercado laboral, la Generalitat dispone de siete centros de turismo, los Cdt, desde los que ofrece formación de calidad y totalmente gratuita, y por los que cada año pasan entre 18.000 y 20.000 personas.

Una de las formas más originales de descubrir la historia del vino es a través del arte. Una visita a la colección permanente del Museo Thyssen-Bornemisza nos ilustra sobre los orígenes del vino pero también sobre anécdotas tan curiosas como su papel frente a las bacterias en una Europa carente de alcantarillado o su conversión en símbolo de la sociedad de masas de principios del siglo XX.

Me debía una de sus magistrales “Guía de vinos, aceites, cavas y cervezas ecológicas de la Comunidad Valenciana”.