Reportajes

En la naturaleza todo sigue su curso, cada proceso toma su tiempo y sigue unas razones que tras miles de años de existencia han servido para convencernos de que, si las cosas son de una manera concreta, algún motivo habrá. Eso deben pensar en Baldovar 923, una bodega que practica el ‘no intervencionismo’, actuando lo mínimo posible en el proceso natural que da lugar a sus vinos sostenibles.

En el mundo del vino hay muchos valores que interceden en la elaboración del producto. Sin embargo, en lo alto de la pirámide de prioridades destacan dos: el cuidado de la tierra y el respeto por la materia prima, es decir la uva. Estas dos ideas las tienen muy integradas en Lo Alto, bodega ubicada en Venta del Moro desde el año 1796, pero que recibe su nombre actual en 2017, cuando Murviedro adquiere la propiedad.

La importancia de la tierra y el paisaje es un valor que tienen muy presente los viticultores de la Comunitat Valenciana. Dentro de todas estas ideas sostenibles, destaca el trabajo de la familia Iglesias en Bodegas Enguera, una de las firmas que tiene mayor interés en el cuidado de la tierra y el entorno y en la elaboración de unos productos y experiencias que sean acordes a esos ideales.

«Si tuviera que definir el Proyecto Origen diría que es un proyecto de desarrollo rural en el territorio. Un proyecto empresarial. Un proyecto de vida. Un proyecto con alma», eso es Proyecto Origen en palabras de su alma máter, Manuel García Portillo.

Viticultores desde 1885. Con esa frase que acompaña el logo de Vicente Gandía poco más hay que añadir. Hace 138 años que se puso en marcha la que hoy es la auténtica locomotora del vino valenciano y una de las cinco primeras bodegas de España con 35 millones de botellas, con ocho denominaciones de origen, siendo las más prolíficas las valencianas, y estando presente en más de 90 países.

La Comunitat Valenciana es tierra de vinos, así lo ha sido desde que los fenicios pisaron esta región. Vestigios encontrados y costumbres vinícolas que permanecen en la actualidad son prueba de ello. Dentro de todas aquellas construcciones que nos cuentan la historia del vino en el litoral mediterráneo destaca el Celler del S.XIII que dirige Proava.

La Comunitat, y todas sus bodegas, han comprendido que el esfuerzo del sector vinícola debe ir más allá de la producción de vinos de calidad. Requena es una de las zonas que más ha invertido en enoturismo y en este territorio, Bodega Pago de Tharsys se alza como un claro referente.

Ubicada en la apacible aldea de Los Cojos, a escasos kilómetros de Requena y a las orillas de las majestuosas Hoces del Cabriel, se alza Bodegas del Valle. En este idílico escenario, la tradición y la cultura del vino se fusionan para dar vida a una acogedora casa de vinos de pequeñas dimensiones, donde la pasión de Ricardo del Valle y Mireia Vera se refleja en cada viña y cada botella.

Finca Calderón ha permitido cumplir con dos objetivos fundamentales para la bodega: adentrarse en la elaboración de cava y abrir las puertas al enoturismo. Un espacio en un enclave excepcional e impregnado de encanto único que les «enamoró» y por el que decidieron apostar para desarrollar su proyecto más ambicioso hasta la fecha. 

Clos de Lôm, fundada en 2018, es una recién llegada al mundo de las firmas vinícolas, sin embargo, la historia de sus parcelas y la familia que las trabaja sigue un recorrido de casi 200 años.