Reportajes

En el barrio marítimo del Canyamelar, en Valencia, se esconde una antigua bodega de 1937 con un encanto especial: Bodega Anyora. Una bodega “de vins i menjars de sempre”, así se definen. Y no les falta razón, allí se respira tradición y mediterráneo.

La VIII edición de la Fira del Vi vuelve a Les Useres después de dos años de parón. Toda una oportunidad para conocer en detalle
vinos cultivados en unas tierras que cuentan con gran historia vitivinícola.

En un punto intermedio entre Utiel y Requena, junto a las vías del antiguo tren de mercancías y actual cercanías de la Comunitat Valenciana, encontramos, entre la múltiple vegetación, una finca señorial que, desde tiempos inmemoriables, cuenta con una gran tradición familiar palpable en todas y cada una de las elaboraciones nacidas entre las paredes del Pago Vera de Estenas.

A los pies del Poblado Íbero de La Bastida de Les Alcusses emerge una finca espectacular. Pero nada de esto se estaría escribiendo de no ser por Manuela Galbis, la madre de Carlos a mediados del siglo pasado. Con apenas 18 años de edad se vio de repente al frente de esta finca agrícola, a 43 kilómetros de su pueblo, Agullent.

Hay una nueva generación de cultivadores de uva alrededor del mundo cuyos vinos se hacen en sus garajes, de ahí su nombre: Garage Wines. Esta tendencia de vinos hechos a mano, artesanos y a pequeña escala, está dando una nueva oportunidad de ser redescubiertas a muchas uvas autóctonas, que en principio, pueden no ser económicamente interesantes para una bodega de mayor tamaño.

Coincidiendo con el 35 aniversario de la inauguración de los Jardines del Turia, la Mostra vuelve a nuestras vidas tras dos años de parón a causa de la pandemia. Un evento que durante 32 ediciones se ha convertido en un acontecimiento emblemático para gran parte de la sociedad valenciana.

La cultura del vino en el territorio que engloba a la Denominación de Origen Utiel-Requena se vive y se respira en cualquier rincón de la zona. Una tradición que con el paso de los años ha mejorado con creces, dejando atrás el mito de que los frutos de esta región producían elaboraciones de baja calidad, que únicamente servían para realizar vinos a granel. 

En el municipio de Godelleta, habita un proyecto fundado en 1939 por un grupo de agricultores unidos por el cuidado de la tierra. De nombre Cooperativa Vinícola San Pedro Apóstol, esta bodega monovarietal ha experimentado desde su fundación constantes reformas y ampliaciones que le han llevado a convertirse en un referente de su uva autóctona: la moscatel de Alejandría.

El dedo del empleado marca el número ocho. En pocos segundos el ascensor llega a su destino, se abren sus puertas y la ciudad de Burdeos aparece, tranquila pero imponente, ante nosotros.

Este vino refleja el alma de las cepas viejas (de hasta sesenta años de antigüedad) de dos de las variedades autóctonas que más reflejan el carácter del territorio de Terres dels Alforins, (monastrell y garnacha tintorera), ubicadas en parcelas recuperadas por la bodega y escogidas por sus excepcionales condiciones naturales.