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Fenavin, un paseo por las nubes

Jaime Nicolau
Llegamos a Ciudad Real ayer por la mañana y ver la ciudad engalanada con el que posiblemente sea el evento más notable de cuantos alberga da una envidia sana. Pero es que esta pequeña capital que cuenta con algo más de 74.000 habitantes se convierte durante una semana cada dos años en la capital española del vino y, por tanto, en la capital mundial del vino por cuanto genera de negocio para el sector español.

Uno de los aspectos que más llamarán la atención a aquellos que nunca la hayan visitado será la disposición de la misma, con carpas y pabellones repartidos en plenas calles de la localidad. Vamos que sin tener recinto ferial al uso como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, es capaz de organizar un magno evento en el que se dan cita más de 1.300 bodegas y pasarán por la cita casi 15.000 compradores.

Pero no sólo es fachada. El evento es uno de los mejor organizados que uno recuerda. Reuniones programadas, obviamente catas, maridajes, gastronomía, ruedas de prensa, presentaciones de producto, eventos… La agenda en Fenavin es un no parar que funciona como el mejor sincronizado de los relojes. Un espectáculo para los amantes del vino.

En nuestro primer paseo de ayer ya pudimos saludar a buenos amigos bodegueros y responsables de las más preciadas denominaciones de origen españolas. Valdepeñas, Manchela, Mancha, Valencia, Utiel-Requena, Alicante, Rioja, Ribera del Duero… y otras tantas como puedan recordar de la geografía española.

En fin que vamos a seguir disfrutando de este espectacular evento, al nivel de los mejores del mundo en materia vinícola. Y les iremos contando lo que sucede a diario. Para los amantes del vino, Fenavin es un auténtico paseo por las nubes.