El coche en la calle y el garaje para hacer vino

Jaime Nicolau

El mundo del vino está plagado de proyectos de enorme originalidad, pero es difícil encontrar uno en el que se reúnan tantas como en la bodega que hoy les presentamos. Seguro que han oído la expresión vino de garaje. Pues eso es lo que representa Fil.loxera & Cia, que el nombrecito también tiene guasa. Selección de las mejores parcelas de viñedos pequeños, en este caso en propiedad, cuidado con mimo de todo el proceso y, eso sí, montar la pequeña bodega en el garaje de casa, sacando el coche literalmente a la calle. Es tendencia y algunos hasta triunfan con ella.

Fil·loxera & Cia se funda en 2011, tras estar su equipo más de 10 años trabajando en el mundo del vino en empresas y proyectos de otras personas. Es entonces cuando deciden afrontar su propio proyecto, dentro de la Denominación de Origen Protegida Valencia, en la subzona Clariano, al sur-oeste de la provincia de Valencia. Es la zona más prestigiosa de esta Denominación de Origen, bautizada como la ‘pequeña Toscana valenciana’.
Los pilares de proyecto son tres emprendedores. José Ramón Domenech es propietario de viñas y viticultor que ha trabajado como bodeguero más de 15 años. El segundo de ellos es Pilar Esteve, propietaria de viñas y sumiller y con más de 10 años en diferentes bodegas de la zona como directora comercial y Joan B. Llobell, ingeniero agrónomo, que ha como jefe de campo y director técnico en bodegas de la zona durante 10 años.

A los tres les unen las ganas de hacer vino, un vino propio y diferente, y el conocimiento de la zona de Fontanars dels Alforins, lo que les impulsa a iniciar su propio proyecto. La experiencia adquirida por todos los años vividos y trabajados en la zona hacen querer el entorno de la Vall dels Alforins e intentar transmitir ese paisaje a través de su trabajo en las viñas y en el vino.

Otro de los grandes atractivos de la firma es el nombre tanto de la bodega como de sus vinos.  Los de los vinos surgieron después de largas conversaciones, en las que los miembros del proyecto debatían sobre la importancia histórica del vino en la cultura judeo-cristiana, entre otras cosas. La unión que ha existido siempre entre el vino, los actos religiosos, la trascendencia y la unión entre lo humano y lo divino a través de la tierra y el cultivo de la vid. Teniendo en cuenta que es un cultivo que siempre ha estado ligado a la civilización, descubrieron que el libro en el que más veces se nombra el vino es La Biblia, y este fue su filón para encontrar los nombres, descontextualizándolos, jugando con los dobles sentidos y con la relación de algunas de estas frases con el cine.

Sentada sobre la bestia, Apocalipsis 17. ¿Quién es la bestia y quién se sienta sobre ella?, además es un pequeño homenaje al director de cine español Alex de la Iglesia (El día de la bestia). Beberás de la copa de tu hermana, Ezequiel 23. Está tan rico que serás capaz de robarlo, además es la frase anterior a la recitada en la película Pulp Fiction de Quentin Tarantino. El Cordero y las vírgenes, Apocalipsis 14. Esta imagen está representada en el Beato de Liébana, y forma parte de la escena del juicio final, siendo una exaltación de la virtud. En este vino más que a una película, la relación la establecen con un actor, que se encuentra entre sus favoritos, Anthony Hopkins.

Como les comentó un amigo bodeguero cuando le contaron el proyecto y los nombres tanto de la bodega como de los vinos «Entonces vosotros sólo pensáis hacer en serio el vino».

Y tan en serio, pues los vinos están cautivando a todo aquel que se atreve a probarlos, expresando mucho terruño, sobre todo a través de variedades autóctonas de la zona como monastrell y verdil.

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