Diez tintos de la Comunitat para brindar estas fiestas

Los tintos tienen un papel estelar en las cenas y comidas navideñas. No importa que este año vayamos a vivir unas navidades diferentes porque siempre va a habar momento para un brindis de altura. Hoy te proponemos diez, aunque cualquier vino de la Comunitat Valenciana que pongas en tu mesa según tus gustos, será un guiño bien recibido por las bodegas valencianas.

Arrancamos por un excepcional bobal: Finca Terrerazo de Bodegas Mustiguillo. Toni Sarrión saca partido en cada añada a todas las bonanzas de su terruño y sus cepas viejas de la variedad autóctona con un vino que se disfruta y con el que el acierto está garantizado tal y como reconoce añada tras añada la crítica especializada a nivel mundial.

Bobal en Calma de Dominio de la Vega sería nuestra segunda propuesta, también con la autóctona bobal. Dani Expósito, enólogo de la firma de San Antonio, ha conseguido un vino que representa a las mil maravillas lo que su nombre ya nos indica.

Simeta de Javi Revert es el vino que ha conquistado a Robert Parker en la última publicación dedicada al sureste español, siendo considerado el mejor tinto de la Comunidad Valenciana de la cata. El trabajo de este joven viticultor con la autóctona arcos es poesía.

Las Mercedes del Cabriel representa el sueño de José León por recuperar una finca mágica e histórica. De la mano del enólogo José Hidalgo padre han conseguido un vino de corte clásico excepcional, que expresa el terruño extremo del que proviene.

Maduresa representa la tradición de los tintos valencianos. Es uno de los vinos que rompió las barreras establecidas desde su llegada al mercado. En los últimos años, Pablo Calatayud le ha dado una vuelta de tuerca para acercarse todavía más a su origen.

Otra de las opciones destacadas con la casta bobal es Bobos de Bodegas Hispano Suizas. Un tinto brillante con un packaging que es capaz de generar un efecto recuerdo en todo aquel que fija su mirada en la botella. Elegancia y sutileza le caracterizan.

Bobal de Sanjuan representa la autenticidad de la fruta. Su paso por depósitos de cemento crudo le confieren una personalidad muy destacada y diferente. Su ajustada relación entre precio y calidad le ha convertido en una referencia obligada entre los bobales.

1771 representa un canto a la monastrell que embellece el lienzo que las viñas dibujan en la Vall dels Alforins.  Su nombre representa un guiño al origen y una fecha histórica para Bodega Casa Los Frailes y la familia Velázquez, uno de los grandes tintos valencianos.

Pasión de Bobal es uno de los vinos con los que el acierto está garantizado. El director técnico de Sierra Norte, Manuel Olmo, habla siempre de que este vino democratizó la bobal. Y es cierto que lo hizo, tanto por su precio como por el amplio espectro de público al que seduce.

Forcallà de Antonia es otro de esos vinos con los que sorprender. Ponerse en manos del enólogo valenciano Rafa Cambra es una garantía de diversión. Con sus vinos pasan cosas. Se remueven recuerdos. La forcallà es una de las variedades amenazadas por las que Rafa ha apostado.

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