¿Por qué influye el tamaño de las botellas al comprar vino?

A veces el tamaño sí importa y este es un buen ejemplo. El tamaño típico en vino es la botella de tres cuartos de litro, que equivale más o menos al vino que se extrae de un kilo de uvas. Sin embargo, cuando vamos a comprar encontramos botellas de diferentes capacidades. Más grandes o más pequeñas. Muchos suelen pensar que se trata solo de la cantidad de vino en su interior, pero hay diferencias que van más allá.

Una botella con mayor cantidad de vino en su interior se verá menos afectada por los cambios de temperatura o humedad del exterior; a más cantidad de vino, menos cambios. De manera que una botella de Magnum se conservará en mejores condiciones si la sometemos a los mismos cambios que una botella normal.

A su vez, el vino en botella sigue evolucionando a través del único elemento poroso que le permite respirar: el corcho. Por raro que parezca a simple vista, el corcho admite un intercambio minúsculo de oxígeno entre el interior y el exterior. Así, la cantidad influirá en la calidad del vino que vayamos a guardar un tiempo. Si la apertura en botella de tres cuartos como en magnum es casi la misma, esto nos indica que la evolución resultante de nuestra guarda en botella será más leve. Y más lenta en un tamaño mayor. En casos de vinos de Reserva o Gran Reserva es muy buena idea elegir botellas Magnum.

Finalmente, no debemos olvidar el gustazo de presentar una botella tan grande en una mesa de celebración. Si vamos a gastar dos botellas, es preferible la magnum, que otorgará a la mesa una grandísima presencia. Incluso a la hora de servir.

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