Descubre Minimum 2009 de Rafael Cambra con Mari Llusar

Mari Llusar

«Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos y amarillo a la genista«.

Cuando al llevarte una copa de vino a la nariz lo primero que te viene a la mente es este magnífico verso de Serrat, notas que algo bueno va a pasar. Te vas a enamorar para siempre.

Minimum 2009 de Rafael Cambra es la definición de vino con carácter mediterráneo, sin matices ni tapujos. Es el vino de mayor expresión de la bodega, de ahí su nombre como guiño paradójico y cercano de su elaborador.

En la copa se nos presenta con un color granate vivo y con el ribete todavía rojizo a pesar de sus ocho años de edad. A copa parada empieza desprendiendo cantidad de aromas de una manera sutil y ordenada. Nos llega el regaliz negro, las moras muy maduras, los pétalos secos de rosas rojas y la lavanda también seca. Y termina ofreciéndonos pimienta rosa, enebro y una sutil y fina hojarasca seca. Esa hojarasca tan de su zona que es la «pinocha» caída del pino ya seca y cálida.

Tiene una entrada en boca muy amable y un paso amplio y envolvente, dejando un largo postgusto y una agradable sensación abocada. La sensación de caramelo de mora y regaliz se queda en la boca unos deliciosos segundos.

Se trata de una monastrell elegante y fina, sin extracción al límite, ya tan dejada atrás, con una notoria acidez y perfectamente conjuntada y equilibrada con el toque herbáceo fresco de la cabernet franc con la que se ha estado ensamblando durante 16 meses en buenas barricas de roble francés.

Pocos artesanos del vino saben expresar con la maestría de Rafa el equilibrio entre la fruta, el terruño, la madera y el tiempo. Él lo hace en todos sus vinos, rozando la perfección.

Este Minimum 2009 (DO Valencia) recuerda al carácter de la bodega y a la forma de entender el vino de su elaborador. Es un mundo de paradojas. Es a la vez robusto y elegante, tímido y expresivo, sencillo pero complejo y discreto a la par que notorio.

Es, sin duda, una declaración de intenciones en toda regla, siempre transmitiendo serenidad, estabilidad y seguridad en un producto perfectamente tratado desde el campo a la copa.

Con la botella ya bien aireada y la copa reposada de nuevo, empieza a desprender esa complejidad terciaria tan de agradecer en los buenos vinos de guarda. Nos regala aromas de hoja de tabaco tierna y aromática y de jugos cárnicos con pequeñas bayas de bosque bien maduras.

Sin duda, un placer habernos conocido, Minimum 2009, y deseando probarte en unos años a ver qué tal te ha sentado el tiempo.

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