El vino, misterio y tradición

Que el mundo del vino está estrechamente ligado a las tradiciones es algo que nadie discute. Que son muchas las alusiones a este alimento líquido realizadas en todas las culturas y en épocas muy diferentes. Algo así como que el vino existe desde que el mundo es mundo. Es por eso que encontramos la presencia del vino en culturas muy anteriores a Cristo. Por ejemplo, el yacimiento de Las Pilillas data la elaboración, consumo y comercio de vino hace más de 2.700 años. De hecho Dionisio para la cultura griega y Baco para los romanos, es el dios del vino.

Tampoco es menos cierta su vinculación con el mundo de la cultura. El vino aparece en el Quijote, en el Lazarillo de Tormes y hasta sirvió de arma arrojadiza en pleno Siglo de Oro. Luis de Góngora tildaba de bebedores a sus rivales Quevedo y Lope de la siguiente manera: «Hoy hacen amistad nueva más por Baco que por Febo don Francisco de Quebebo y don Félix Lope de Beba».

Pero también lo encontramos ligado al mundo del misterio y lo religioso. La firma valenciana Murviedro cuenta como logo con un Fauno haciendo suya la leyenda que señala que hace muchos, muchos años, «existieron en nuestras tierras unos seres muy especiales, pacíficos, juguetones y bromistas, físicamente algo extraños, con cuerpo y cara de hombre y patas, cola y orejas de ciervo. Deidades romanas de la fertilidad agrícola disfrutaban del cuidado de las cosechas de grano y de los viñedos de bobal, uva más anciana y típica de esta zona».

Con el paso del tiempo los rasgos misteriosos y atractivos de estos faunos se fueron tornando más taurinos, moldeados por el carácter de las tierras y viñas de la Hispania Citerior. Aún hoy, los viejos muros (‘Muri Veteres’, Murviedro) de las antiguas villas son testigos de las andaduras de estos viejos espíritus que merodean por cuevas y bodegas, velando por los vinos que envejecen y evolucionan lenta y tranquilamente.

En ellos se inspira el símbolo de Bodegas Murviedro: un fauno bebiendo de un cuerno de vino, fuente de su vida, envuelto por el sello que deja una copa. Y para añadir misterio, la firma lanzó al mercado su gama de Cueva de la Culpa, del Pecado y del Perdón. Cada una ellas es de una denominación de origen valenciana y más que misterio, lo que han traído son éxitos a esta firma valenciana.

También apuesta por la tradición la firma Los Frailes, con su vino Moma, que en la etiqueta deja claro que su nombre tiene mucho que ver con la danza del Corpus Christi en Valencia. En ella se emula la lucha de la Virtud y los Siete Pecados Capitales (soberbia, avaricia, lujuria, envidia, gula, ira y pereza) que en la danza significa la lucha, y al final el triunfo de aquella sobre estos. Se trata pues de una danza didáctico religiosa de gran contenido simbólico y que mejor cuadra dentro del entorno religioso de la Festividad del Corpus Christi.

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