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Pedro Gómez: jamón, jamón

José Antonio López
Dicen que el mejor sicólogo es un buen amigo que te escucha.

Hace muchos años que conozco a Pedro Gómez.

Tiene una “parada” en el Mercado de Algirós y pese a su negativa, está jubilado.

Pedro, el apóstol, tiene las llaves del cielo. Pedro, el charcutero, las del jamón.

Este profesional de la construcción tuvo la tremenda suerte de encontrar a una grandísima mujer, María, que le invitó a cambiar el ladrillo por los jamones, los lomos, los quesos, los vinos, los…

Siguiendo los consejos de su mujer, compañera, amiga… su todo, se incorporó a la empresa familiar en el negocio que tenían en el Mercado de Sedaví.

Allí había de todo, pero él ya intuía que faltaba otro “todo” por incorporar.

En Sedaví es presidente del Mercado durante veinte años. Decide dar un salto y se viene a Valencia, al Mercado de Algirós.

Fue el primero en tener una “parada”. Casi sin conocerse, Tony, que ya lo conocen ustedes, sufría las consecuencias de abrir un bar en un mercado que no despuntaba ni a empujones.

Si conoces a Pedro sabrás que es una persona a la que le falta pecho para albergar tanto corazón. Es un hombre de Mercado, de trato con la gente, de crear ánimos donde no los hay, de solucionar problemas sin pedir nada a cambio.

Presidente del Mercado durante 17 años. Vicepresidente de la Asociación de Comerciantes… todo le resbala. Junto a su fiel e incondicional María forman un equipo cuya fuerza es capaz de derrumbar las murallas de Jericó.

Sin trompetas.

Humildemente.

Pedro se especializa en charcutería… digo, porque su parada es un espectáculo. Todo lo que te imaginas que puedas encontrar en una tienda de delicatessen, lo tiene Pedro, pero a un precio que todos pueden disfrutarlo.

Es hombre de calle, quiere a la gente y hace todo lo posible porque todos disfruten de lo mejor.

Jamones seleccionados, cuidado, los mejores, si no, no. Lomos, chorizos, longaniza de Pascua, quesos de todas clases. Aceites. Anchoas. Boquerones. Vinos, cavas, champagnes…todo lo imaginable y lo inimaginable.

Siempre con una sonrisa. Generoso hasta decir basta. Amigo de sus amigos y ayudando a los que son menos.

Padre de Pedro y Jose, campeones de España y maestros cortadores de jamón. Lo llevan en la sangre y han aprendido del padre, no sólo la técnica, sino la grandeza del servicio a los demás.

Recorren el mundo con la satisfacción de lo bien hecho. En su uniforme, la bandera de España y la Señera.

Orgullo, profesionalidad y buen hacer.

Hace años que dieron un paso adelante y en Sagunto, abrieron una “bombonera” que reúne a los entendidos en jamón, queso, vino y muchas más cosas, sobre todo amistad y confianza.

Siguen luchando.

Pocos sabemos lo que este Pedro ha tenido que pasar.

Les digo que mucho y solamente, una vez, se nos escapó una lágrima pensando en la luchadora, María, que se le fue antes de tiempo.

Sigue con la sonrisa y el afán de ayudar. Está jubilado pero, de vez en cuando, viene al Mercado a ver a sus compañeros y compartir, con Tony, alegrías y anécdotas junto con Juan “el Droga” (no malinterpreten, tenía la droguería del Mercado) el Melenas, de la fruta; Tonino, el del pescado; el Roma, de la carne…

La gran familia de los mercados. Verlo para creerlo. Conocerlo para sentirlo. Hay grandes personas que trabajan en silencio para que otros, como un servidor, se sientan orgullosos de escribir y compartir con ustedes, estas líneas.

Espero estar a su altura.

Pedro, entre tú y yo, esperamos, una vez más, haber hecho felices a nuestros lectores.

Un abrazo, AMIGO ENTRAÑABLE.