Déjate seducir por el mundo del vino
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3 enero, 2024
Fiesta Renovación del Puente Inca de Q’eswachaka
Enclavado en las majestuosas montañas de los Andes, la región de Cusco se erige como un testamento viviente de la fascinante civilización inca. Una cultura que más allá del icónico santuario histórico de Machupicchu, guarda otros tesoros turísticos aún por descubrir y que narran historias de ingeniería ancestral, paisajes imponentes y la rica herencia peruana.
El primero de estos lugares es El Puente Q’eswachaka, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Esta construcción es una joya arquitectónica que se alza sobre el río Apurímac a 3.700 metros sobre el nivel del mar. Con 28 metros de longitud y 1.20 metros de ancho, este puente colgante, parte del Qhapaq Ñan o Gran Camino Inca, fue construido por los incas y se mantiene en pie gracias a las comunidades de Chocayhua, Chaupibanda, Huinchiri y Collana.
Cada año, durante la segunda semana de junio, el Puente Q’eswachaka cobra vida en un festival único. Las mujeres de las comunidades trenzan el ichu –planta altiplana que crece en países sudamericanos, entre ellos Perú– para reconstruir el puente, mientras los hombres reemplazan las cuerdas rotas. Esta tradición ha permitido que esta maravilla inca perdure hasta nuestros días.
En el distrito de Quehue (Canas), situado a 180 km al sur de Cusco, el acceso al Puente Q’eswachaka es transitable a través de un pintoresco viaje de 3 horas y media en coche.
Otro de los orgullos culturales de los peruanos es una construcción única ubicada a la sombra de los Andes. En el corazón de la provincia de Quispicanchi, región del Cusco, se encuentra Andahuaylillas, hogar de la venerada iglesia San Pedro, conocida como la «Capilla Sixtina» peruana. Aunque su fachada puede parecer modesta, el interior de esta joya arquitectónica sorprende por su esplendor.
La Iglesia de San Pedro Apóstol, construida en 1626, es un testamento vivo de la historia respaldado por la firma de Luis de Riaño, discípulo del italiano Angelino Medoro. Su fachada renacentista y el interior de estilo barroco sumergen a los visitantes en una experiencia atemporal. Esta edificacación religiosa destaca por su decoración con motivos naturalistas y lienzos que narran eventos como la Crucifixión y el Bautismo de Cristo.
Esta iglesia forma parte de la reconocida ruta barroco-andina, junto con los templos de la Compañía de Jesús, San Juan Bautista de Huaro y la Capilla de la Virgen Purificada de Canincunca. Para explorar la iglesia de San Pedro, se puede coger un autobús en la Plaza de Armas del Cusco, con un tiempo aproximado de ruta de unos 45 minutos.
Iglesia San Pedro Apóstol del pueblo de Andahuaylillas.
En busca de nuevas maravillas naturales, nos sumergimos en un viaje en el tiempo que nos lleva a Pikillaqta, una ciudad construida por la Cultura Wari a finales del siglo VI. Con más de 700 edificaciones que incluyen recintos, colcas (almacenes para alimentos) y templos, esta ciudad fue en su apogeo hogar de cerca de 10 mil personas. Además de su función residencial, Pikillaqta sirvió como centro administrativo y de culto, ejerciendo control militar sobre el valle de Quispicanchi, gracias a su ubicación estratégica.
A solo 30 km al sur de la ciudad de Cusco, cerca del pueblo de Huacarpay (Quispicanchi) y a unos 3.350 metros sobre el nivel del mar, Pikillaqta permite a los visitantes sumergirse en la historia preincaica y contemplar la grandeza arquitectónica de la cultura wari.
Pueblo de Aguas Calientes y Machu Picchu Pueblo Hotel.
Estos destinos, junto con la majestuosidad de Machupicchu, ofrecen a los viajeros una mirada más profunda a la rica herencia cultural y natural de Cusco. Descubrir estos tesoros es descubrir la esencia misma de la historia peruana en esta tierra ancestral.
Algunas recomendaciones extras
No dudes en consultar a los miembros de la Policía Turística del Perú, que siempre están presentes en los alrededores de los lugares turísticos. Si tienes alguna consulta, puedes escribir a iPerú al (+51) 944-492-314 o visitar su página.
Con respecto al clima, puedes visitar Cusco en cualquier mes del año, pero recuerda que es época de lluvias de diciembre a abril. Para una mejor experiencia, no dudes en contratar los servicios de un tour operador.
Cusco está por encima de los 3.200 metros sobre el nivel del mar, por lo que se debe ser precavido ante los mareos y el vértigo. Una buena medida es utilizar el primer día para descansar y aclimatarse, además de tomar mate de coca.
Que este 2024, sea un año de viajes, de emociones nuevas, de momentos para compartir y de más historias que contar.
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