Saborea el campo con los Licores Artesanos de Burriana

29 diciembre, 2021

Bajo el cometido de encapsular en una botella los inigualables sabores y aromas que genera la brisa marina del Mediterráneo a la terreta nace Licores Artesanos de Burriana. Sus productos han demostrado ser el resultado del saber hacer, el trabajo, la perseverancia y la cultura agrícola española. Fruto del esfuerzo que reivindica la calidad del producto, obteniendo cítricos únicos en el mundo. Con unos valores tan marcados como son la responsabilidad, compromiso y trabajo.

La empresa castellonense nació en 2017 de la unión de Jorge García y Vicente Hernández con el fin de elaborar artesanalmente un producto autóctono y de alta calidad. Fue así como, gracias a su ilusión, esfuerzo y tenacidad, crearon su primera marca Flor de Azahar, dos licores de referencia Mandarina y Limón, con quienes lograron conquistar a los primeros paladares más exquisitos. Su secreto: la excelencia de los cítricos de nuestra tierra tratados con cuidado y mimo y seleccionados fruto a fruto. «Cosechamos cada uno de nuestros limones con cariño y esmero, siendo conscientes que debemos ofrecer un producto único, exquisito y diferente».

A mediados de 2017 fue cuando nació su segunda marca, Sabores del Campo, con los sabores Chocolate y Arroz. Y poco a poco y como resultado de largos días de trabajo, se fueron incorporando nuevos sabores como el licor de Fresas con Nata, Horchata o el Licor de Hierbas. Su departamento de I+D nunca descansa y es ya en 2019 cuando salió al mercado el licor de Café con Leche. En 2021, y con toda la situación provocada por la covid-19, sacaron al mercado su última producción y de edición limitada, Licor de Limón Mano de Buda.

Desde su fundación cada botella se elabora con la filosofía de convertirse en el acompañante perfecto de tardes y noches calurosas, de reuniones con amigos y momentos en familia. Sorbos que envuelven nuestra boca de experiencias, gusto y sensaciones. Y con la visión de ser una marca reconocida que transmita ratos de diversión. Ser referente en la restauración como sorbo del final de una comida.