La cabra tira al vino (y al queso)

David Blay
Que uno de los placeres que solemos tener la suerte de disfrutar es encontrar un queso especial y descubrir con qué vino marida es evidente para los lectores de este periódico. 

De ello hemos hablado en estas líneas con visitas, sobre todo, a puestos de mercados municipales que no solo encuentran joyas culinarias que además reactivan el comercio de proximidad, sino que también aconsejan sobre qué tipo de caldo llevarse en cada ocasión.

Sin embargo, siempre queda espacio para la sorpresa. Y, normalmente, llega de lugares insospechados. Porque tendemos a pensar que todo sucede en torno a las grandes ciudades. Y a veces resulta que lo especial reside en sitios que han decidido hacerse especiales lejos de los grandes focos urbanísticos.

¿Existe en Elda una querencia especial, por ejemplo, por el queso de cabra? No especialmente, si bien la cercanía de lugares montañosos como la Sierra de la Solana  ayuda a que esta variedad sea más común tanto para los lugareños como para los habituales visitantes o residentes procedentes de otros países.

¿Es la región de la Comunitat donde el vino tiene más preeminencia? Posiblemente tampoco, aunque sí es un hecho que los productos locales y nacionales atraen cada vez más a un público mayoritario.

Es por ello que en esta disquisición entra en escena Chelo Martínez, gerente de Todoquesos en los Mercados de Elda, Petrer y Villena (pero también en una web que distribuye sus productos por toda España). Y que tiene un pasado de más de 50 años tras iniciarse laboralmente su familia con la creación de una fábrica de quesos frescos en Beneixama.

Hasta aquí, a pesar de su singular idiosincrasia, podríamos estar hablando de un negocio similar a otros que existen a lo largo de la geografía valenciana. Pero su unicidad estriba en un producto concreto: un queso elaborado con leche cruda de cabra y madurado con vino tinto de la variedad manchega Cencibel.

Cuando lo abres huele a vino. Cuando lo miras tiene el color morado del vino. Y cuando lo pruebas mezcla lo que normalmente tardamos en encontrar: el equilibrio entre el producto gastronómico y la bebida.

Y aun así sostiene Chelo que vale la pena probarlo con una copa de tinto al lado. Mientras sigue mirando hacia adelante tras haber mantenido el tipo durante la pandemia. Sin ERTE. Apoyando a sus trabajadores. Y esperando tiempos mejores para seguir con su actividad de juez de concursos que le lleve a seguir descubriendo algunas de las mayores joyas del territorio español.