España está vendimiando. El trasiego de remolques cargados de uva hacia las bodega dibuja un paisaje que se repite cada año. Es difícil hablar en términos generales porque como dice el refrán “nunca llueve a gusto de todos”, pero este año la cosecha va a ser menor en términos generales, oscilando entre un 5% y un 30% la misma en términos generales y según lugares del mapa.

Austria, casa de Mozart, Strauss y Schubert, Gustav Klimt, Sigmund Freud, Ludwig Wittgenstein y Karl Popper, es también el hogar de una variedad de uva con la que se hacen algunos de los mejores vinos del mundo para el maridaje. Es la Grüner Veltliner.

Escribo estas líneas desde Alicante, desde la playa del Postiguet donde, desde primerísimas horas de la mañana, una gran grupo de personas toma posesión de la playa con sus sombrillas, hamacas, sillas, cubito y pala. No pueden ni imaginarse las “construcciones” que se hacen para delimitar una “parcela” de la del vecino y que, los que vamos por libre, no nos atrevemos a pisar por no recibir las iras de los arquitectos.

El ritual lleva algunos días en marcha. Salvando algunas zonas con vendimias peculiares y muy concretas que ya comenzaron semanas atrás, el grueso del proceso comenzaba la pasada semana. Hemos tenido ocasión de vivir su comienzo en dos firmas de diferente naturaleza. El año es más corto que anteriores, pero la calidad sigue siendo muy elevada.

Una de las mejores formas de disfrutar de los últimos días del verano y, poco a poco, volver a la rutina, es bebiendo alguno de los vinos de los sitios donde hayas estado de vacaciones.