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Lucir un relojazo o presentar un libro para niños

 

David Blay Tapia
Es muy sencillo para los triunfadores recibir propuestas de marcas: cualquier producto quiere asociarse a los vencedores, aprovechar la ola de euforia existente para incitar a la compra por impulso.

Sin embargo, es muy difícil que, tras un éxito deportivo, la primera opción de la estrella del torneo tenga que ver con una iniciativa saludable y dirigida a la infancia. Todos tenemos en mente a los pilotos poniéndose una gorra publicitaria o a los tenistas colocando un reloj en su muñeca inmediatamente después de campeonar en un Gran Premio o en un torneo de Grand Slam.

No haremos demagogia, aun así, en este blog. Cualquiera a quien le ofrecieran una alta suma por algo que le molesta tan poco la aceptaría. Aunque luego entra en la conciencia y la personalidad de cada uno decidir si se vincula a firmas ‘honorables’ o si publicita algunas menos ‘blancas’ como bancos o casas de apuestas. Sirva esta introducción para elogiar, una vez más, a la familia Gasol.

No sólo a Pau, de quien hablaremos inmediatamente, sino a su hermano y a sus padres. A los últimos, por demostrar que puede darse una educación a los deportistas de élite sin llevarles al cretinismo. Y a Marc por haberse convertido en un ejemplo y además pregonarlo y demostrarlo con hechos. Recientemente contaba en un artículo de la revista Tapas que es el único jugador con una dieta vegetariana en la NBA. Y no pasemos por alto que debe alimentar a diario un organismo de 2’15 y 120 kilos que disputa un mínimo de 75 partidos de baloncesto de alto nivel al año. Con total naturalidad, explicaba por qué tomó esa decisión (sin juzgar a los que no lo hacen) y cómo va buscando a diario los alimentos adecuados para poder rendir al máximo nivel. Algo que nadie puede discutirle.

Pero si ejemplares son los que le rodean, mucho más incluso lo es Pau. Quien, sólo 24 horas después de llevar a España a ganar el Campeonato de Europa de selecciones, optó porque su primer acto público consistiera en presentar un libro sobre hábitos saludables para niños financiado por su Fundación. Nada que ver con aquellos que sólo lanzan mensajes unidireccionales a través de actos publicitarios de marcas deportivas. ‘Luis y el señor Kandinsky’ es un compendio de ilustraciones que cuenta la historia de un niño a quien no le apetece entrenarse en atletismo, pero que descubre todo aquello para lo que sirve el ejercicio y la alimentación sana en la vida diaria. Una publicación que me atrevería a decir que debería ser de obligada lectura en los colegios. Pero, por si faltara algo para evidenciar su inteligencia, resulta que el proyecto está realizado con el asesoramiento del Celler de Can Roca, con todo lo que ello conlleva a nivel nutricional e incluso de recetario atractivo para cualquier niño que devore (nunca mejor dicho) sus 40 páginas.

Y, mientras tanto, muchos futbolistas siguen atiborrándose de comida rápida y preguntándose por qué jugando en Primera División no reciben más propuestas de patrocinio. Igual, como se pasan la vida en Twitter, solamente con entrar en el hashtag #GasolRocaVidaSana descubren alguno de los motivos. Aunque, en muchas ocasiones, es ciertamente complicado que sean capaces de entender cuestiones que vayan más allá de tatuajes y videoconsolas.