Murviedro: Sericis, la familia de vinos ‘sedosos’, se viste de rosa

Mar Lafuente

Requena guarda una enorme tradición vitivinícola, un gran número de bodegas y miles de hectáreas de viñedos le convierten en tierra de vinos, aunque durante siglos ha sido un territorio que vivía del comercio de la seda como bien atestigua la Casa-Museo de la Seda de Requena. Murviedro es una de esas bodegas requenenses que busca devolver a las tierras todo lo que ellas le han ofrecido. Así, una de sus máximas es la de elaborar vinos que reflejen su fuerte compromiso con los orígenes y las tradiciones. Sericis (sedoso en latín) es una de las gamas de la firma que busca transmitir eso, vinos de suaves sensaciones en boca que rinden homenaje a la historia sedera de Requena. 

Cinco monovarietales con mucha personalidad y muy diferentes, pero que consiguen satisfacer los paladares de todos los públicos con una paleta de sabores y aromas similar a la que utilizaban aquellos artesanos de la seda en sus maravillosas telas. El nombre de todos ellos va acompañado de ‘Cepas Viejas’, ya que sus uvas proceden de viñedos viejos con muy bajas producciones que le otorgan una calidad excepcional. Su segundo apellido es la variedad, un tinto de bobal, otro de monastrell, un blanco de merseguera y otro de viognier eran los cuatro vinos que conforman esta extensa saga de vinos a la que recientemente se le ha unido una nueva referencia, en este caso vestida de rosa, Sericis Cepas Viejas Pinot Noir Rosé.

Sericis Rosado

Color: rosa pálido brillante.

Aroma: frutal, con intensas notas a frutas rojas y lácteos con ligero fondo torrefacto, fruto del envejecimiento en fudre.

Boca: vino fresco pero intenso, muy agradable y con acidez equilibrada.

Murviedro ha elegido la pinot noir para elaborar este rosado de gama alta al más puro estilo provenzal, convirtiéndolo en el rosado más complejo y exclusivo de su catálogo. Una nueva referencia con un estilo glamuroso que, como aseguran desde la bodega, “arrebata el corazón a quien lo prueba por primera vez”. El color pálido de este rosé no fue buscado, es el resultado de una forma de tratar las uvas en las que Murviedro buscaba elegancia, frescura y carácter. El resultado es un vino que destaca por su refinado perfil, que tiene esencia propia, que se aleja de cualquier otro rosado y que representa una exquisitez para los paladares más expertos y sibaritas. La botella de este nuevo producto se viste con la misma imagen elegante, sobria y especial de sus hermanos que recuerda a las telas de seda antiguas.

Tanto este nuevo rosado como el resto de monovarietales que conforman la gama Sericis demuestran el compromiso de Murviedro con los orígenes. Y no sólo eso. También su buen hacer y su apuesta por la elaboración de vinos de calidad. Todos ellos se podrán degustar durante los cinco días de la Mostra por todos aquellos que quieran sorprender a sus paladares o simplemente los que quieran tomar una buena copa de vino y disfrutar.

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