Mara Bañó: “Les Freses para mí significa una oportunidad de trabajar de una forma feliz”

Apuesta por la moscatel. Uno de los objetivos de Mara Bañó siempre ha sido poner en valor esta uva tan característica de la Marina Alta, transmitir que es una variedad amplísima y con una enorme versatilidad.

Texto: Mar Lafuente / Fotografía: Fernando Murad

Les Freses es uno de esos proyectos vitivinícolas envuelto en cosas maravillosas que acaban enamorando a cualquiera que se sumerge en él. Una bodega que en poco tiempo se ha convertido en referente en la Marina Alta y también en el sector del vino valenciano. Mara Bañó ha sido la encargada de darle vida. Su historia es una crónica de pasión, dedicación y amor por el mundo del vino. Viene de una familia que ha ayudado a construir lo que es a día de hoy Dénia, ciudad gastronómica por la UNESCO, a base de dar servicio y sacrificio. Trabajando con su familia, detrás de la barra, descubrió el vino como objeto gastronómico y como hilo conductor de la historia, fue ahí cuando quedó totalmente enganchada. Aunque comenzó sus estudios realizando la carrera de Administración y Dirección de Empresas, siguió licenciándose en Filosofía, acabó realizando el curso de sumillería de 18 meses en el curso del CDT y estudiando Enología en la Universidad de Castilla y León. Un giro de vida que a nadie le sorprendió. Ahora Mara Bañó está trazando un camino de lo más especial, aportando un toque de singularidad y luchando por poner en valor las posibilidades que ofrece la moscatel, mostrando al mundo la excelencia y la expresión del Mediterráneo en cada sorbo de sus vinos. 

5barricas.-¿En qué momento le empieza a llamar la atención el mundo del vino a Mara Bañó?

Mara Bañó.- Trabajando en el mundo de la restauración, al otro lado de la barra, me obsesionaba bastante el vino no sólo como objeto gastronómico, también como hilo conductor de nuestra historia. Siempre digo que he aprendido más cosas sobre mi comarca haciendo vino que en el colegio, y es verdad. Es ahí cuando me engancho un poco a ese mundo. Y luego con la ayuda de Pablo Calatayud del Celler del Roure nos ponemos en el otro lado de la mesa, en la viña, a hacerlo realidad. 

5b.- ¿Cuándo hace clic en tu cabeza y decides poner en marcha Les Freses?

M.B.- Podríamos decir que más o menos en el 2002 y 2003 fue cuando se me abrieron los ojos y pensé que en la comarca de la Marina Alta necesitábamos volver a ponernos las alpargatas de careta, volver a poner en valor el mundo rural y recordar quiénes somos para mirar al futuro. Ha sido un milagro que Les Freses se nos pusiera en el camino, porque para la viticultura es el sitio ideal. Tiene pendiente, lo que nos ayuda mucho con los drenajes; tiene corrientes de aire que nos ayuda mucho contra la humedad; está soleado, lo que nos ayuda mucho contra los hongos; y, sobre todo, está en el mejor sitio del mundo que es entre Dénia y Jávea, donde la moscatel es más feliz y mi familia también. 

5b.- ¿Cuáles son los activos más potentes del territorio de Les Freses?

M.B.- Yo diría que su condición más importante es que es marinera, porque dicen que la moscatel “si no veu la mar plora”. La moscatel es típicamente marinera, tiene que estar cerca del mar y, además, es típicamente mediterránea. Entonces podríamos decir que estos son los dos activos más importantes que tenemos. 

5b.- ¿Qué significa o ha significado para ti este proyecto en el que te embarcaste hace ya unos cuantos años?

M.B.- Les Freses para mí significa una oportunidad de trabajar de una forma feliz; de conocer a personas muy creativas; de disfrutar de la gastronomía que para mí también es muy importante porque siempre bebemos cuando comemos, es raro que bebamos solamente; y de enfocar mi madurez de forma óptima, haciendo lo que me gusta. 

5.b.- ¿Cómo son vuestros viñedos, vuestros suelos y qué variedades tratáis?

M.B.- Nuestros viñedos están ubicados en Jesús Pobre, una pedanía que está a 4 km de Dénia, en la zona interior detrás del Montgó. En cuanto al suelo, la mitad de nuestra finca es arcillosa de tierra roja y la otra mitad es de tierra blanca, de tap como decimos aquí en la Marina Alta, súper calcárea. Digamos que hace una forma de triángulo partido por una aigüera (un río que se forma cuando hay mucha tormenta). De la l’aigüera hacia el norte es tierra roja y de l’aigüera hacia el sur es tierra blanca. Esto mola mucho porque los mismos clones de, por ejemplo, moscatel nos dan unos vinos en la tierra arcillosa y otros en la tierra caliza, totalmente diferentes aunque es exactamente el mismo clon de variedad y esto nos permite jugar. En cuanto a las variedades, el 90% que tenemos es moscatel y un 10% de variedades tintas valencianas como forcallà, monastrell, bobal y giró. 

5b.- ¿Cómo son y qué buscas transmitir con los vinos de Les Freses?

M.B.- Los vinos de Les Freses son como la gente de la Marina Alta. Son frescos, cítricos, sorprendentes y muy bebedores, también como la gente de la marina. Y con ellos quiero transmitir sobre todo el terroir, el mediterráneo, buscar esa parte fresca del mediterráneo, no la clásica que ya conocemos que es muy tánica y muy alcohólica. Buscamos una parte que todavía nos falta por explorar, sobre todo con los moscateles secos. Somos tradicionalmente productores de mistelas y eso puede ser que haya inculcado en la gente una forma de pensar equivocada, de que la moscatel es una variedad con la que solamente se pueden elaborar vinos dulces y no es así. Creo que eso es lo que quiero transmitir, que es una variedad amplísima y muy versatil, la versatilidad de la moscatel. 

5b.- Calidad es otra de las características que resuenan en los vinos de Les Freses, pero en general ¿crees que cada vez son más las bodegas que apuestan por calidad y no cantidad?

M.B.- Sin duda, es que además es el camino para las bodegas artesanales digamos. No podemos competir con unas producciones enormes, ni gigantes, ni en presupuestos de publicidad ni nada de eso… Entonces solo podemos apostar por la calidad, es la salida que tenemos y lo que nos puede diferenciar. 

5b.- ¿Qué dirías que está aportando Mara Bañó y Les Freses al mundo del vino?

M.B.- Humildemente tendría que decir que trabajo, eso sí. Tengo muchos defectos, pero el de la comodidad y la zanganería no están entre ellos. Aporto mucho trabajo y sobre todo en nuestra bodega estamos muy centrados en hacer divulgación, activismo del consumo de los vinos valencianos, en eso estoy muy centrada. No sabría decirte si lo hago mejor o peor que otros, solamente espero que lo que hago la gente lo valore y que quede en la memoria de las personas que los vinos de nuestra comunidad, de la Comunidad Valenciana, pueden hablar de tú a tú con grandes vinos que tradicionalmente han tenido mucha fama en cualquier carta, en cualquier restaurante y en cualquier barra. 

5b.- ¿Qué podríamos hacer para que la gente se concienciase más o apostase más por los vinos valencianos?

M.B.- Primero recuperar la dignidad, es decir, ser más buenos con nosotros mismos. Pero eso vendrá si nos conocemos mejor, por eso la divulgación es tan importante. Si sabemos más lo que hay aquí seguramente nos gustaran más nuestros productos, como decía el Titi “el que lo prueba repite, yo no sé por qué será”. 

5b.- En este sentido, parece que cada vez son más los jóvenes que apuestan por el vino valenciano, recuperando viñas de la familia y lanzándose a elaborar vino. ¿Qué les dirías?

M.B.- Les diría que tengan mucho ánimo, que hay mucho camino por recorrer, que está todo por hacer y que van a ser muy felices. Que es una opción de trabajo, tenemos una idea de que el sector primario es un mundo muy duro, pero creo que en ocasiones estar en un banco de cara a un ordenador puede ser bastante peor. Así que yo animo a todo el mundo a que vuelvan al sector primario, a que disfruten del mundo rural, de las partes más pequeñas de nuestra comarca, las menos pobladas y que seguro que va a ser una buena opción. 

5b.- ¿Hacia dónde camina Les Freses? ¿Cómo ves el futuro?

M.B.- Santa Rita que me quede como estoy. Yo me conformaría con seguir haciendo las producciones que hacemos nosotros. Nuestro espíritu es de bodega pequeña, hacemos 70.000 botellas y estamos confortables con ese número. Cada mañana cuando me levanto lo que quiero es mejorar en calidad, hacer un vino mejor, pero ni más cantidad ni llegar a más sitios, sino ser mejor y llegar a los mejores restaurantes y mejores mesas.

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