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Noche de… Chin-chin forzado

Jaime Nicolau

Esta noche toca brindis. Quizás más de uno y más de dos. A todos nos pasa que alguno de ellos no es lo que más nos apetecería del mundo… Pero es lo que toca. Para minimizar los daños voy a proponerles algunos que por lo menos les dejen media sonrisa en la boca por el contenido de la copa, no por el del brindis.

Para el mensaje del Rey, si es que lo hay después de lo de la infanta y su Duque ’empalmado’, hay que estrujarse bastante la sesera. ¿Tendrá narices Felipe a nombrar a su hermana como su padre hizo veladamente con su cuñado? No lo sabremos hasta esta noche, pero pueden tener preparado un cava Lágrima Real para la ocasión.

Cuando el pesado de su cuñado, ese que siempre lía la sobremesa sí, saque a la palestra la política será el momento de un buen tinto. Se necesita un trago contundente para hacer pasar por el gaznate los Gürtel, ERES de Andalucía, Camps, Cotino, Castedo, Chávez, UGT, CCOO, Pujol, Matas… Lo tengo claro: Cueva de la Culpa, de Murviedro. Que para algo es el Mejor Vino de España 2014 para el Ministerio de Agricultura. También pueden elegir alguno de sus hermanos, Cueva del Pecado o Cueva del Perdón. Este último se da en contadas ocasiones (o en ninguna).

A estas alturas de la cena ya habremos llegado de sobra al marisco y en la tele ya lucirán las folklóricas de turno. Este año hay una baja, para tristeza de Paquirrín y Chabelita, pues se rumorea que la Pantoja hace un concierto privado para las internas de Alcalá de Guadaira. Su ex novio Julián Muñoz, más de lo mismo. A ambos les ofrecería El Novio Perfecto, de la familia Valsangiacomo, Bruno Murciano y David Sampedro, porque ya no les pega el Pasión de Moscatel de Sierra Norte.

Llegará la carne y habrá que hablar de fútbol claro. El Valencia parece que ha dejado atrás la Mala Vida, excelente vino de Arráez, desde la llegada de Lim. Buena parte de culpa la tiene uno de la casa, Paco Alcácer, un brote verde de los que hacen agarrarse al valencianismo. En este caso yo descorcharía el Número 12 de La Viña.

Se acerca el postre. La bronca ya está armada. Los jóvenes sacan la bandera de Podemos, el cuñado pesado la bufanda del Madrid y una foto de Cristiano, el abuelo se agarra la cabeza y los nietos más pequeños se ríen del espectáculo pandereta en mano. Hay que enfriar el ambiente. Verdil de Gel de Enguera, un vino de hielo que, o lo arregla todo, o la acaba de liar. Y mañana a vernos otra vez… Recomiendo repetir el brindis que más haya gustado. Feliz Navidad.