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Poniendo picas en Flandes. Así camina Enomaníacos, la guía de escapadas en torno al vino de la Comunitat Valenciana, que ayer se presentó en El Imperio, la librería más cool del valenciano barrio de Ruzafa. Y lo hizo de la mano de Toni Arráez, el bodeguero de La Font de la Figuera, el personaje ideal para esta presentación, en uno de los barrios más canallas, como la bodega.

Ocurre sin apenas tiempo a la reflexión. Hay generaciones que hacen saltar por los aires los límites establecidos, catapultando el trabajo de sus antecesores con un enfoque personal e intransferible. Esto es lo que ha ocurrido en Bodegas Arráez desde que, allá por 2007, el joven enólogo Toni Arráez regresara de completar su formación trabajando en las más afamadas zonas productoras españolas.

Toni Arráez y su equipo se han especializado en hacer de los problemas virtud. Los conejos se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el bodeguero. Se comen la uva, los brotes… y de la necesidad, virtud… y el enólogo ha decidido dedicar a estos pequeños diablos una nueva línea de vinos: La Madriguera. Dos monovarietales de uvas autóctonas: merseguera y monastrell.

Desde la Font de la Figuera, en el territorio marcado por el mundo del vino como Terres dels Alforins, Bodegas Arráez ha alzado la voz con la tradición y el territorio por bandera.

Es la tercera generación de la bodega y, por tanto, lleva el vino en las venas. Lo ha vivido en casa desde que era un niño. Primero, como él dice, con sus iaios y después con su padre. En 2010 tomó el relevo de éste para ponerse al frente de una bodega de enorme tradición dentro de la DOP Valencia. Y lo revolucionó todo. Ahora está a un paso de cerrar el círculo del proyecto.

Bodegas Arráez se ha convertido en una máquina de conectar vino y público joven gracias a un marketing agresivo, respaldado luego por el producto que hay en la botella. Así, a su saga Mala Vida, Vivir sin Dormir, Vividor o Bala Perdida, sumaba hace unas semanas Hu-Ha, el technovino desarrollado conjuntamente con el DJ Chimo Bayo.

Este año, Bodegas Arráez presenta la V edición limitada especial de La Vividora, un vino con carácter propio que, cada año, rinde homenaje a todas las mujeres. En esta ocasión, la protagonista es Alana Dual, una mujer curiosa, valiente y apasionada por la ciencia ficción y la música, cuya esencia ha sido plasmada en esta edición limitada con una etiqueta ilustrada por Ada Díez.

Los caminos de Daniel Belda y Bodegas Arráez se cruzan en un nuevo capítulo de la viticultura de Terres dels Alforins. En este emblemático territorio, ambas familias se unen para dar vida a un proyecto que va mucho más allá del vino. Este regreso a los orígenes marca un paso decidido hacia adelante, una sinergia que combina la sabiduría acumulada a lo largo de los años con la ambición mutua de evolucionar.

En el mes de abril, el invitado elegido es Bodegas Arráez, un proyecto vanguardista que desafía las normas establecidas e invita a disfrutar del placer de cada sorbo con los vinos más canallas del Mediterráneo.

Si hay un stand en la Mostra de Proava que llama la atención, ese es el de Bodegas Arráez. Una bodega valenciana que pisa con fuerza allá donde va y atrae las miradas del público, sobre todo al más atrevido e inconformista, ese que le gustan los vinos que rompen los esquemas.